martes, 12 de mayo de 2015

PASTOR SERGIO BELART


“La perspectiva correcta”. Si naciste para ser un príncipe no vivas como un mendigo.


A veces es necesario tomar distancia de las cosas para verlas de una manera diferente y ver que la realidad no es tal como parece.

En la forma en que vemos las cosas pensamos y actuamos; si puedes creer lo incorrecto, vivirás lo incorrecto.

La perspectiva es un modo de ver las cosas; es la distancia o alejamiento que se toma de una cosa o hecho para ver con objetividad.

Salmos 139:16 “Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas”

Debemos tener la perspectiva correcta, saber que nuestros días están contados y que nuestra vida está en Sus manos.   Si nos alineamos a la voluntad de Dios, todo va a estar muy bien.

Génesis 37:1-5 “Habitó Jacob en la tierra donde había morado su padre, en la tierra de Canaán. 2 Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos. 3 Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores. 4 Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente. 5 Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía.”

El bisabuelo de José, Abraham, había sido llamado por Dios para dar comienzo a una nueva nación de donde vendría el Salvador del mundo. A pesar de que tenían ADN divino, 11 de los hijos de Jacob decidieron vivir como mendigos.
José tuvo la perspectiva correcta porque entendió que a pesar del presente que vivía, tenía un destino de príncipe y decidió responder al llamado de Dios.

¿Por qué vivir como mendigos si fuimos llamados a ser príncipes de Dios?

No vivas la vida de acuerdo a lo que ves, sino de acuerdo al llamado que Dios hizo sobre tu vida.

La envidia se desarrolla cuando no entiendes que es lo que posees y te conviertes en una mala copia de alguien más.

Los hijos de Jacob habían nacido para reinar, pero estaban llenos de odio y envidia.

Lo más importante de una visión es que tú la creas, no que otros la entiendan. Que ella te mantenga apasionado y caminando cada día de tu vida.

Aunque haya cosas que no veas de manera clara, mantén tu fe porque los cielos se abrirán a tu favor.
José, al igual que su abuelo Isaac, era hijo de la promesa. Y esto fue lo que lo mantuvo caminando para reinar.

Entiende que hay un designio divino sobre tu vida para que te vaya bien. No te será fácil, pero apasiónate por la visión que Dios te dio.

José pudo superar los celos, la envidia, el desprecio, la tentación, la deslealtad, porque tenía la perspectiva correcta. Todo ese proceso venía de parte de Dios porque buscaba formar el carácter de un príncipe en él.

No te quejes del proceso que te toca vivir, Dios te está formando y si sigues caminando, verás cómo te honrará.
A pesar de las diversas situaciones difíciles que vivió José, no se quebró en su carácter, porque siempre se comportó como lo que era, un príncipe.

Transforma tu vida en algo extraordinario porque Dios no te ha olvidado. No pongas tus expectativas de felicidad en otros, aprende a ser feliz. No seas un mendigo emocional.

Apasiónate con lo que haces y deja que Dios prospere la obra de tus manos.

Adonde quiera el Señor llevarte, llegarás. Él está formando un carácter en ti.

No pierdas la perspectiva ni el enfoque por las situaciones que vives. No te conformes con ser un mendigo porque tienes estirpe de príncipe.
Compórtate de acuerdo a lo que crees, porque si le crees a Dios hay un destino de gloria para tu vida!!.

martes, 7 de abril de 2015